El fin de la curva invertida

Como sabemos, los rendimientos de los instrumentos de renta fija, ya sean bonos, pagarés, Cetes y otros, ofrecen rendimientos que varían según su plazo o vencimiento. Normalmente los de mayor plazo tienden a pagar rendimientos más altos que los de corto plazo.

Hay varias razones que justifican esto, como los riesgos del mercado al que están expuestos durante un periodo más prolongado, pueden ser los cambios en las tasas de interés, la inflación y eventos económicos, y eso se recompensa con un mayor rendimiento.

Históricamente, los rendimientos de los bonos de largo plazo han ofrecido rendimientos más altos que los de corto plazo, y a la representación gráfica que muestra los diferenciales entre los diferentes plazos de le conoce como curva de rendimientos o de tasas de interés.

La curva puede tener diferentes formas que reflejan la situación o las expectativas de la economía y del mercado de renta fija, normalmente hay tres formas:

La curva ascendente o normal es cuando los bonos a corto plazo tienen tasas de interés más bajas que los de largo plazo, con posible expectativa de que las tasas de interés aumentarán en el futuro.

Otra forma de la curva es cuando está plana, es decir, cuando los rendimientos de los bonos a corto y largo plazo tienen tasas de interés similares, lo que refleja mayor incertidumbre en el mercado o cambios en la política monetaria.

La tercera forma es la curva descendente o invertida, y esta se presenta cuando los bonos a corto plazo tienen tasas de interés más altas que los bonos de largo plazo, lo que sugiere la expectativa de una desaceleración o una recesión económica.

En la siguiente gráfica se muestra el spread de los rendimientos que han tenido los bonos de Estados Unidos en los plazos de 10 y 2 años de 1980 a finales de octubre de 2023.

Desde principios de julio de 2022, el rendimiento de los bonos del Tesoro a 2 años que estaba en 2.82% empezó a ser mayor que el plazo de 10 años que cerró en 2.81%, con un mínimo diferencial a favor del plazo de 2 años, empezando así la inversión de las curvas, es decir que los plazos más cortos dan rendimientos más altos que los de mayor plazo, y a medida que los rendimientos aumentaban, también lo hicieron los diferenciales que alcanzaron más de 110 puntos base en julio de este 2023.  Sin embargo, al cierre de la semana (20 de octubre de 2023), el rendimiento de los treasuries a 2 años se ubicó en 5.1%, y el de 10 años en 4.96%, quedando un diferencial de alrededor de 15 puntos base, anticipando que la desinversión de las curvas podría estar próxima a terminar.

Aunque lo normal es que los instrumentos de inversión de mayor plazo paguen rendimientos más altos que los de más corto plazo, el proceso del cambio de la curva invertida a la curva normal puede seguir generando mucha incertidumbre en los mercados financieros en los próximos meses.

Hay diversos estudios que muestran que durante los periodos en los que la curva de rendimientos pasa de negativa a positiva (normal), ha estado seguida por una recesión entre seis a nueve meses después que la curva se aplana, es decir que llegan a estar iguales. Algunos estudios muestran que este proceso de curvas y recesión ocurrió en Estados Unidos en los siguientes periodos: 1971-1975, 1980-1982, 1990-1991, 2001, 2007-2009 y la de 2020.

Cabe señalar que la inversión de la curva de rendimientos no es una señal de una recesión inminente, pero es un indicador importante de la debilidad que puede enfrentar la economía.

Actualmente, los pronósticos para el PIB de Estados Unidos por parte del Fondo Monetario Internacional y del mercado se centran alrededor de 2.1% para 2023 y de 1.5% para 2024. Sin embargo, eso no significa que en algún trimestre del próximo año puede darse esta anunciada recesión.

El proceso de la recesión se le puede atribuir a la expectativa de que la inflación tiende a bajar y por consecuencia las tasas de corto plazo bajan más rápido que las de largo plazo, y en este proceso puede bajar el incentivo para que los bancos presten dinero, teniendo un efecto negativo en el gasto y la inversión, enfriando la economía.

En esta ocasión, hay que considerar que durante la pandemia se otorgaron en EUA estímulos a empresas con tasas de interés bajas, pero cuando venzan tendrán que solicitar nuevos créditos sin el estímulo, y eso puede provocarle problemas financieros.

En México, la curva invertida también se ha reducido a un diferencial de 64 puntos base entre el plazo de los bonos de 10 y 3 años, después de haber alcanzado diferenciales cercanos a 200 puntos base en los primeros meses de este 2023, por lo que también habrá que estar a la expectativa de los movimientos en los mercados.

Elaborado por Gerardo Copca y publicado en el Semanario El Inversionista Mexicano con fecha 23 de octubre de 2023.

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